Como si de Jack Skeleton se tratara, los cibercriminales pueden convertir estas fiestas en toda una 'pesadilla antes de Navidad' si no tenemos cuidado a la hora de utilizar nuestro smartphone.

El teléfono móvil hace tiempo que se ha convertido en una auténtica mina de información para estos hackers: datos bancarios, fotos, vídeos, lista de contactos... Y la temporada navideña puede ser utilizada como gancho para hacerse con este preciado botín:

· Las aplicaciones de mensajería como WhatsApp, por su popularidad, han pasado a ser una de las vías más explotadas por los ciberdelincuentes, que crean mensajes en cadena con supuestos regalos, tarjetas navideñas y promociones que descargan un troyano en el terminal o suscriben nuestra línea a un sistema de SMS Premium que puede incrementar la factura mensual considerablemente.

· Irse al extranjero en estas fechas es un plan ideal para mucha gente. ¡Pero cuidado con predicarlo a los cuatro vientos en las redes sociales! Sí, esa foto que hiciste con el móvil merece aparecer en Instagram, pero nunca se sabe quién puede enterarse de que la casa está vacía.

· Si hay algo típico de la Navidad, eso es comprar; y cada vez lo hacemos más por Internet. Los 'amigos de lo ajeno 2.0' no tienen reparos en crear portales temporales haciéndose pasar por tiendas o grandes almacenes. Una vez introducidos los datos bancarios o hecho el pago... desaparecen por arte de magia.

· Los clásicos nunca pasan de moda, y el correo electrónico también puede ser una plataforma ideal para lograr un fin de dudosa legalidad. El phishing es una técnica bien conocida, pero efectiva: los hackers se hacen pasar por el banco o una empresa de mensajería e incluyen un archivo adjunto o un enlace que lo único que hace es descargar un software malicioso en nuestro dispositivo.

· Por último, no está de más recordar que la descarga de aplicaciones no debe realizarse fuera de las tiendas oficiales. Puede que esa app gratuita para crear felicitaciones de Navidad originales pinte genial, pero no merece al pena correr el riesgo.