Si Oracle hubiera ganado podría significar que todo Android estaba infringiendo una ley de copyright, por sus derechos sobre Java.



Vamos a remitirnos a 2009, año en el que Oracle compra Sun Microsystems por 7.400 millones de dólares. La propia compañía dijo que compraba Sun sólo por una razón: Java.

Un año después de la compra, Oracle demandó a Google por utilizar 37 interfaces de programación de Oracle para desarrollar Android.

La disputa ha durado nada más y nada menos que seis años. La recta final ha sido frenética: dos semanas de juicios y tres días de deliberación del jurado para una resolución que no deja lugar a dudas: cuando Google implementa 37 APIs de Java en Android no está infringiendo el copyright que ostenta Oracle sobre el software.

Si el jurado hubiera decidido que Google violaba los derechos de Java, podría haberse enfrentado a una multa de 9.000 millones de dólares, por daños y perjuicios. La suma no es tan grande teniendo en cuenta que en 2015 Google ingresó 74.540 millones de dólares.

Pero volviendo a lo que nos interesa, la resolución es muy importante porque arroja luz sobre cuáles son las reglas de copyright en cuanto a lo que los desarrolladores pueden tomar prestado para el software que construyen.

El uso de APIs existentes es muy recurrente para asegurar que el software que se crea es compatible con otros productos o para facilitar el proceso de desarrollo en sí. Si Oracle hubiera ganado el caso, esta práctica se hubiera anulado, por lo que el proceso de creación de software nuevo hubiera cuota del mercado del 80% de móvil, por delante de iOs, Windows Phone o Blackberry.