La caída en las ventas de iPhones y la necesidad de innovar (con tecnología o producto) pone contra las cuerdas al gigante.



El ritmo del mercado es frenético y nadie puede permitirse quedarse atrás. Nokia, el que fuera líder indiscutible del mercado móvil, es ahora parte de la estrategia móvil de Microsoft, que tampoco acaba de arrancar. En su descenso al infierno Nokia cometió diferentes errores y vio nacer a competidores mucho más fuertes, pero puede que el principal fuera su incapacidad de hacer de Symbian un SO competitivo.

Desde la presentación de los últimos resultados financieros de Apple, han sido muchos los expertos que se han aventurado a comparar el destino de la compañía de la manzana mordida con el de Nokia. E incluso con el de BlackBerry.

Y es que, por primera vez desde el lanzamiento del iPhone, Apple presentó un descenso en las ventas del dispositivo, del que depende muchísimo. Para hacernos una idea: dos tercios de los ingresos de la compañía llegan de la venta de su teléfono. Y en 2015 Apple ingresó 234.000 millones de dólares. Ahí es nada.

Al descenso de ventas del dispositivo hay que sumar la falta de nuevos productos.

Desde la desaparición de Steve Jobs, Apple apenas ha dado un paso al frente con respecto a sus competidores. Pensemos por ejemplo en Watch, un producto que lanzó después de sus competidores y cuyo anuncio se hizo meses antes de su comercialización.

Para que la compañía recupere su brillo debe de volver a la era de las presentaciones WOW. Aquellos eventos en los que Apple presentaba productos cuyas características se habían filtrado semanas atrás pero que siempre contaba con un Jobs que se sacaba algo de la manga.

Otra posibilidad es que la compañía invierta parte de su enorme fortuna, que se calcula en 216.000 millones en efectivo, en la adquisición de una compañía que le abra nuevos horizontes.